Tenemos una serie de ideas preconcebidas sobre cómo debe ser un animal o una planta, normalmente basadas en nuestra propia experiencia, todos hemos visto animales durante un paseo, una excursión, una visita al zoo, etc. y estamos acostumbrados a ver diversos seres vivos en documentales, revistas,... Por otra parte, desde siempre nos hemos imaginado seres fantásticos y los hemos plasmado en dibujos, pinturas, esculturas o últimamente en películas, dibujos animados, etc. Pues bien, a veces sucede que un organismo de los que no estamos a ver habitualmente resulta más parecido a uno fantástico que a uno real y eso, lógicamente causa una gran fascinación. 

  Uno de esos seres reales de aspecto fantástico es el dragón azul, Glaucus atlanticus; un pequeño molusco gasterópodo nudibranquio. Los ejemplares miden algo menos de 5 cm y viven en la zona pelágica de aguas marinas tropicales y ecuatoriales. Permanece flotando del revés gracias a una bolsa de aire. Se trata de un depredador de otros animales pelágicos y puede alimentarse incluso de las temibles carabelas portuguesas, Physalia physalis. No sólo es inmune a su veneno sino que lo almacena en sus extremidades para liberarlo en el momento adecuado.

Un saludo